Los pueblos blancos de Cádiz

En la provincia de Cádiz existe una famosa ruta conocida como “Ruta por los pueblos blancos de Cádiz”. Y es que en esta provincia podemos encontrar 19 Pueblos “blancos” de la Sierra de Cádiz, llamado así por el color de sus casas, que son: Arcos de la Frontera, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Olvera, Torre-Alháquime, Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Ubrique, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Benamahoma, Zahara de la Sierra y Algar.

Todos estos pueblos son dignos de ser visitados, todos tienen la esencia árabe estampada en las fachadas de sus casas, son llamativos y resplandecientes, pero vamos a hablar de algunos de los más destacables.

Setenil de las Bodegas

Setenil de las bodegas. Pueblos blancos de Cádiz. Conoceandalucia.es
Setenil de las Bodegas

Las casas blancas de Setenil de las Bodegas están excavadas en la montaña, en la mayoría de ellas, la propia roca funciona como tejado. Se construyeron como estrategia defensiva contra las tropas enemigas y el insoportable calor del verano andaluz. La idea fue tan efectiva que, en 1484, los cristianos tuvieron que forzar un asedio de 15 días para recuperar Setenil de manos árabes. El castillo del s. XII sigue en pie, igual que muchas de las casas-cueva originales, algunas de las cuales se han convertido en animados bares y restaurantes, sobre todo a lo largo de la plaza de Andalucía y las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra.

Arcos de la Frontera

Arcos de la Frontera. Pueblos blancos. Conoceandalucia.es
Arcos de la Frontera

Arcos de la Frontera está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Extendiéndose a lo largo de un risco escarpado, Arcos tiene una historia turbulenta por la que pasó de ser un reino taifa gobernado por bereberes en el s. XI a un baluarte cristiano. Los bereberes lo gobernaron durante un corto periodo de tiempo, y en 1255 pasó a formar parte del reinado del rey Alfonso X.

En él, encontramos la Basílica de la Asunción, el Parador, el mirador sobre el desfiladero del río y, lo más importante, el Castillo de los Duques. A un lado se encuentra la Puerta de Matrera, que formaba parte del recinto amurallado, y es la puerta de entrada desde la parte baja del pueblo a su casco antiguo.

Después de visitar el pueblo en sí, vale la pena admirar la vista panorámica desde el lago Arcos y su playa fluvial, que es un área natural protegida debido a su importante población de aves.

Vejer de la Frontera

Este pueblo blanco a tan sólo 8 kilómetros de la costa puede decirse que es el único pueblo blanco de Cádiz con playa.

Como sus pueblos paisanos “de la frontera”, tiene una tangible influencia árabe. Las puertas de piedra originales y las murallas del s. XV aparecen por el enmarañado casco antiguo, presidido por el castillo árabe restaurado del s. X y por la Iglesia del Divino Salvador, un conjunto arquitectónico del arte mudéjar del s. XIV y del gótico del s. XVI.

Cerca de la Plaza de España y sus palmeras, se encuentra la Casa del Mayorazgo, del s. XVIII, con sus patios llenos de flores y su antigua atalaya.

Grazalema

Al pie de la Sierra del Pinar, en la zona norte del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, se encuentra el pintoresco municipio de Grazalema. Los orígenes de este Pueblo Blanco se remontan a la época de los romanos, cuyas huellas se pueden admirar en todo el pueblo.

Grazalema destaca por sus calles laberínticas, con casas encaladas, decoradas con rejas y macetas de vivos colores. Además, el entorno natural que rodea a este pueblo es impresionante. También, destaca especialmente su pinsapar (o bosque de pinsapos, abetos españoles), muy raros en esta latitud.

En Grazalema también se encuentra el punto más alto de la provincia de Cádiz, El Torreón, con 1.654 metros, y uno de los puntos del país con mayor precipitación: el corredor del Boyar.

En la Plaza de España, la plaza principal del pueblo, se puede ver la fuente medieval y la Iglesia de la Aurora, del siglo XVIII. Y pasear por la calzada medieval, un camino de piedra caliza rodeado de vegetación en la ribera del río Guadalete.

El pueblo blanco de Grazalema es famoso por su miel, sus quesos de montaña y por las fuentes visigóticas, además de por sus mantas de lana, de las que se puede saber casi todo en el Museo Textil.

Zahara de la Sierra

Zahara de la Sierra. Pueblos blancos. conoceandalucia.es
Zahara de la Sierra

La localidad de Zahara de la Sierra se encuentra al pie de la sierra de Grazalema y se considera uno de los pueblos más bonitos de Andalucía ya que Zahara se encuentra alrededor de un risco elevado con vistas a un embalse turquesa.

Sus calles están llenas de buganvilias fucsias, a la sombra de la barroca Iglesia de Santa María de Mesa, del s. XVIII. Por encima, se eleva el maltrecho castillo de Zahara, del s. XII, cuya recaptura por parte de la Granada árabe en 1481 estimuló a los cristianos para reconquistar lo que quedaba de la España árabe.

En Zahara encontramos también la Iglesia de Santa María de la Mesa, declarada Bien de Interés Cultural, la ermita de San Juan de Letrán y la Torre del Reloj.

Además, se puede ir a la playa artificial del Embalse de Zahara para darse un chapuzón. La localidad también es famosa por su turismo activo de escalada y senderismo.

Olvera

Olvera
Olvera

Olvera es un pueblo lleno de historia y uno de los mejores lugares que ver en Cádiz. Los orígenes de este Pueblo Blanco se remontan a la época de los romanos. La ciudad de Olvera fue frontera cristiana durante más de 150 años, y fue utilizada por sus habitantes para defenderse de la ciudad árabe de Zahara de la Sierra. Además, antaño fue refugio de bandoleros.

Conserva su Castillo Árabe, del s. XII; la iglesia neoclásica de la década de 1840; el Santuario de los Remedios, del s. XVII y la fascinante Casa de la Cilla, que acoge el Museo de «La Frontera y los Castillos» dedicado a la historia de la frontera y los castillos.

Sin embargo, la mayoría de la gente visita Olvera por la famosa Vía Verde de la Sierra, de 36 km, la ruta favorita de las 23 antiguas vías ferroviarias en desuso reconvertidas en senderos ciclistas más o menos llanos.

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